Mención a Fraseleccion en un Artículo del escritor Felix Arbolí
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Época II - Año IX
Edición Nº 2696
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Contraportada 01/07/2007
PONGA UNA FRASE EN SU VIDA
Félix Arbolí
S OY un entusiasta de esas frases que de una forma concisa enseñan una postura de
andar por la vida, el comentario sobre un hecho o actitud equivocado o acertado y hasta
el simple y sencillo pensamiento de una persona relevante o popular que nos motiva a
conservarlo por su interés, curiosidad o incluso metedura de patas. Son palabras que
impactan y merecen aprender de ellas o tener un motivo para “chuflearnos” de su autor
en cuantas ocasiones podamos, gracias a ese “instinto caritativo” que nos domina. Yo
suelo recogerlas en un cuaderno y he de confesar que en muchas ocasiones me han
minimizado problemas, me han marcado soluciones o me han hecho sonreír al pensar en
la “cretinidad” de algunos-as que, con aires de pontificar y sentar cátedra, han
conseguido el mayor y más sonado de los ridículos. Algunas las recojo del periódico,
otras del reclamo publicitario de un libro cuando pretenden condensar en unas líneas
bien calculadas el contenido que vamos a descubrir con la lectura de esa obra. Incluso,
las hay que proceden del hombre de la calle y esa innata y sorprendente sabiduría que
posee. Esas cuyo autor figura como “anónimo” y suelen corroborar la creencia de que
no hay mejor universidad que la calle y mejor profesor que el contacto directo con las
gentes, sus circunstancias, éxitos y fracasos. Yo no entro en criterios favorables o
contrarios a esta teoría, aunque opino que dependerá del ambiente que rodea a esa
“universidad” y de los compañeros de clase con los que nos encontremos en la vida.
De todas formas las frases hechas se prodigan en infinidad de libros, escritos, discursos
y diferentes medios. Es un material que no corre peligro de extinción porque la
imaginación humana inspiradora de las mismas es una especie de caudal inagotable que
brota unas veces como cascada e impacta en nuestra mente despertándola con
brusquedad o penetra con suavidad, como si se tratara de ese río que encuentra el mar y
desemboca suavemente en sus profundidades, sereno pero imparable.
Hay una página en Internet “Galeón”, donde su autora una chilena extremadamente
simpática y muy agradecida a cualquier persona que se asome a su espacio y lo haga
constar, llamada Gabriela A. Silva Hormazábal, lleva desde los diez años
coleccionando frases de todo el mundo y todo tipo de personas. Son miles y miles las
que ha logrado conservar y ofrecer a sus lectores clasificadas por materias. Muchos días
de curiosa ociosidad me he dado una vuelta por su espacio y he gozado leyéndolas. Ha
tenido la gentileza de mandarme un correo muy cariñoso y simpático, contándome la
historia de su afición y congratulándose de que hayan podido despertar la atención
desde un punto tan lejano. Aquí tenemos el ejemplo de alguien que ha sabido
aprovechar su tiempo leyendo y conservando algo útil y ofrecerle esa oportunidad a los
demás, sin necesidad de cobro o condición alguna. Desde estas páginas, mi admiración
y felicitación a esta chilena que se ha hecho universal, sin percatarse de ello.